
El primero de mayo históricamente para muchos es una jornada de trabajo y de gran responsabilidad, desde sectores como Comercio y Gastronomía hasta la prensa y todos los organizadores; o desde la pequeña empresa hasta los grandes sindicatos, como Salud y Educación.

Antes se preparaban los desfiles. Los más jóvenes iban como a fiesta, y los mayores también, principalmente después de la marcha. Ron, cerveza, música, baile y reencuentros.

Ni hablar de Comunales, que siempre ha sido responsable de la limpieza antes y después del desfile, además encargado de desfilar con su típica conga improvisada sobre un camión o una carreta.

Esta vez no puede ser así; la covid-19 lo impide, pero no por ello hay que hacer mutis. Mayo existe con su primer día de fiesta y compromiso. Tenemos conquistas, que, por ordinarias y seguras, no echamos de menos, pero están y hay que reconocerlas.

Las redes sociales estarán abiertas para expresiones, fotos, mensajes y celebración en familia o en colectivos laborales. Es un día atípico, pero donde estemos, podemos hacer esa marcha virtual: como pueblo, como familia, como trabajador o estudiante.

El Primero de Mayo en Cuba es una fiesta de pueblo, un momento de alegría, pero sin dejar de ser responsables.

[ABTM id=2483]